Abogada mediadora en Alicante

La Mediación, como herramienta de resolución de conflictos, permite que los interesados (“mediados“) puedan alcanzar un acuerdo cien por cien satisfactorio para cada uno de ellos.

DOS ejemplos sencillos y claros para entender la mediación:

1. El juego de las “chocolatinas a cambio de un buen pulso”.  Consiste en echar pulsos de fuerza entre parejas, sin hablar, entre ellos. El que más veces tumbe el brazo del contrincante, más chocolatinas se lleva.

Lo normal es que cada uno intente ganar al otro y así se llevará más chocolatinas que el otro.

La diferencia está en aquellas parejas que, de algún modo (siendo creativos), , logran entenderse y alcanzar el acuerdo de que una vez gana uno y otra vez gana el otro. De forma que se reparten las chocolatinas por igual número.

Es decir, “yo gano y tú también. “Tú contento y yo también”. 

2. Otro ejemplo, el de la “naranja”.

Dos  personas se pelean por una naranja, un mediador consigue, a través de un proceso bien dirigido, que uno reconozca que sólo le interesa la “cascara de la naranja” y que al otro  le interesa sólo “el zumo de la naranja”. De manera que, aclarado esto, ambos obtienen lo que quieren y ya no hay conflicto.

Esto se consigue porque ambos interesados quieren resolver su conflicto mediante  el trabajo que realizamos los abogados mediadores; porque como mediadora sé preguntar de tal manera que se  aclara lo importante, es decir, lo que cada uno quiere. Y porque los abogados mediadores sabemos cerrar bien el acuerdo para que el mismo proporcione máxima satisfacción a ambos interesados.

Los “mediados o interesados en la Mediación” logran ese acuerdo, protagonizado por ellos mismos, gracias a la intervención profesional de un mediador/a, que es el responsable de dirigir ese proceso, que tiene las siguientes fases:   

1.- PRESENTACIÓN. EXPLICACIÓN DEL PROCESO DE MEDIACIÓN. FIRMA DE ACUERDO DE CONFIDENCIALIDAD. 

2.-  EXPOSICIÓN DEL CONFLICTO POR CADA MEDIADO (QUÉ QUE QUIERE, POR QUÉ LO QUIERE (INTERESES) Y PARA QUÉ LO QUIERE (NECESIDADES). 

3.- PROPUESTAS DE ACUERDO QUE SE ANALIZA CADA UNA. 

4.- ACUERDO, si se alcanza. Y se formaliza por escrito. 

TÉCNICAS DE MEDIACIÓN

El mediador debe aplicar acertadamente distintas técnicas en cada fase. Técnicas de escucha activa, de negociación, colaborativas, restaurativas…). 

 El mediador tiene que  saber escuchar “bien”  lo que dicen cada uno de los mediados y transmitirles confianza máxima. También hay que lograr que se escuchen entre ellos.  Y hay que saber crear canales de comunicación. 

MUY IMPORTANTE, en ese proceso hay que conseguir que   quede muy claro para el Mediador y para los propios mediados,  qué es lo que quiere cada uno de los mediados,  por qué lo quieren, y para qué lo quieren.

Un buen Mediador tiene que asegurarse que  los “mediados” se escuchan entre sí”, hay que  intentar que se entienda entre ellos. Hay que saber  rebajar el conflicto, reducir los momentos de “ira”  y enfrentamiento. Esto requiere una gran habilidad.

Es infalible: “Cuando una persona conoce el motivo de por qué el otro hace o quiere las cosas, puede que cambie su forma de pensar. A esto se le llama “poner en los zapatos del otro” (empatizar).

Este es el “punto de inflexión”, cuando una persona  entiende a la otra, aunque siga teniendo sus necesidades y las defienda, pero ya lo hace desde la perspectiva de la empatía, de este modo  el camino al acuerdo es más fácil. Además, si el acuerdo se logra así, será más duradero, pues se habrá conseguido desde el respeto y entendimiento hacia el otro.

Esta es la clave y esto solo se logra en Mediación y con un buen Mediador/A. Por ello,  la mediación no es una negociación convencional, La Mediación es mucho más.

La Mediación, como herramienta de resolución de conflictos, permite que los interesados (“mediados“) puedan alcanzar un acuerdo cien por cien satisfactorio para cada uno de ellos.

DOS ejemplos sencillos y claros para entender la mediación:

1. El juego de las “chocolatinas a cambio de un buen pulso”. 

Consiste en echar pulsos de fuerza entre parejas, sin hablar, entre ellos. El que más veces tumbe el brazo del contrincante, más chocolatinas se lleva.

Lo normal es que cada uno intente ganar al otro y así se llevará más chocolatinas que el otro.

La diferencia está en aquellas parejas que, de algún modo (siendo creativos), , logran entenderse y alcanzar el acuerdo de que una vez gana uno y otra vez gana el otro. De forma que se reparten las chocolatinas por igual número.

Es decir, “yo gano y tú también. “Tú contento y yo también”. 

2. Otro ejemplo, el de la “naranja”.

Dos  personas se pelean por una naranja, un mediador consigue, a través de un proceso bien dirigido, que uno reconozca que sólo le interesa la “cascara de la naranja” y que al otro  le interesa sólo “el zumo de la naranja”. De manera que, aclarado esto, ambos obtienen lo que quieren y ya no hay conflicto.

Esto se consigue porque ambos interesados quieren resolver su conflicto mediante  el trabajo que realizamos los abogados mediadores; porque como mediadora sé preguntar de tal manera que se  aclara lo importante, es decir, lo que cada uno quiere.

Y porque los abogados mediadores sabemos cerrar bien el acuerdo para que el mismo proporcione máxima satisfacción a ambos interesados.

Los “mediados o interesados en la Mediación” logran ese acuerdo, protagonizado por ellos mismos, gracias a la intervención profesional de un mediador/a, que es el responsable de dirigir ese proceso, que tiene las siguientes fases:   

1.- PRESENTACIÓN. EXPLICACIÓN DEL PROCESO DE MEDIACIÓN. FIRMA DE ACUERDO DE CONFIDENCIALIDAD. 

2.-  EXPOSICIÓN DEL CONFLICTO POR CADA MEDIADO (QUÉ QUE QUIERE, POR QUÉ LO QUIERE (INTERESES) Y PARA QUÉ LO QUIERE (NECESIDADES). 

3.- PROPUESTAS DE ACUERDO QUE SE ANALIZA CADA UNA. 

4.- ACUERDO, si se alcanza. Y se formaliza por escrito. 

TÉCNICAS DE MEDIACIÓN

El mediador debe aplicar acertadamente distintas técnicas en cada fase. Técnicas de escucha activa, de negociación, colaborativas, restaurativas…). 

 El mediador tiene que  saber escuchar “bien”  lo que dicen cada uno de los mediados y transmitirles confianza máxima. También hay que lograr que se escuchen entre ellos.  Y hay que saber crear canales de comunicación. 

MUY IMPORTANTE, en ese proceso hay que conseguir que   quede muy claro para el Mediador y para los propios mediados,  qué es lo que quiere cada uno de los mediados,  por qué lo quieren, y para qué lo quieren.

Un buen Mediador tiene que asegurarse que  los “mediados” se escuchan entre sí”, hay que  intentar que se entienda entre ellos. Hay que saber  rebajar el conflicto, reducir los momentos de “ira”  y enfrentamiento. Esto requiere una gran habilidad.

Es infalible: “Cuando una persona conoce el motivo de por qué el otro hace o quiere las cosas, puede que cambie su forma de pensar. A esto se le llama “poner en los zapatos del otro” (empatizar).

Este es el “punto de inflexión”, cuando una persona  entiende a la otra, aunque siga teniendo sus necesidades y las defienda, pero ya lo hace desde la perspectiva de la empatía, de este modo  el camino al acuerdo es más fácil.

Además, si el acuerdo se logra así, será más duradero, pues se habrá conseguido desde el respeto y entendimiento hacia el otro.

Esta es la clave y esto solo se logra en Mediación y con un buen Mediador/A. Por ello,  la mediación no es una negociación convencional, La Mediación es mucho más.